Recientemente constituido, está destinado a erigirse en un verdadero y virtuoso entramado, artístico cultural. Dicho entramado por su espíritu federal, cobija y beneficia no solo al mapa político argentino; sino que de igual modo, une a los pueblos hermanos del extremo sur de América. Con ellos nos cobijamos en un mismo origen. Es desde ese mismo origen que nos hemos encontrado en los campos de batalla, luchando codo a codo y defendiendo cada palmo de tierra, de la codicia realista. Anteriormente y merced a la consolidación de nuestra cultura criolla, hemos bebido del gran cántaro de la cultura y el arte precolombino. Esta nueva expresión folklórica de los pueblos, que cada día que pasa, más nos identifica y hermana, se ha visto notablemente revalorizada por el ávido interés que despierta, entre los viajeros de otras latitudes. Aquí surge la gran pregunta, ¿los pueblos, ciudades y capitales de esta región, manifiestan el mismo ávido interés, que los visitantes del norte de América y de otros continentes?. Por ello es dable recurrir al viejo axioma: no se quiere lo que no se conoce, no se defiende lo que no se quiere.
Es sabido que desde siempre, a nuestros pueblos les ha sido tarea harto dificultosa la aceptación de nuestro folklore - en sus variadísimas expresiones – La gran impronta europea que ha primado en más de una capital, resultó determinante para que el mismo fuese considerado un género menor; algo así como una cultura de los bordes. Es notable y paradójico, como las riquezas naturales que atesoran nuestras geografías, finalmente se constituyeron en, más que un beneficio para los pueblos, poco menos que en un perjuicio. La explotación de la tierra a mano de los commodities, redujo a la mínima expresión no sola una mano de obra mayoritaria y calificada, sino que los emprendimientos agrícola ganaderos de gran raigambre y sustento familiar, fueron sistemáticamente pereciendo
Por todo ello y siendo que para que exista un dominio económico a mano de intereses foráneos, primero tiene que darse el coloniaje cultural, este. fue virtual brazo armado apuntando directamente a las expresiones de nuestros pueblos. Así, las potencias económicas extranjeras, una vez puestos sus ojos en nuestras riquezas naturales, el siguiente paso fue (y sigue siendo) llevar a su mínima expresión, el espíritu de cohesión y solidaridad entre nuestros pueblos.
Musicalmente hablando y como estudioso de nuestra Música Criolla, puedo decir que hasta en el concepto de pseudo, puede esconderse el secreto de un solapado ninguneo cultural. El ejemplo a dicho concepto se lo encuentra en el denominado folklore de fusión. He aquí un nefasto ejemplo de la sistemática caricaturización de nuestro Cancionero Criollo. De tal modo, es posible silenciar -deformación mediante- y con la incorporación de instrumentos electrónicos, a toda una parafernalia de extrañas síncopas percusivas, a nuestras legítimas formas musicales. Luego, el maquiavélico destrato con los artilugios arriba descriptos, resulta ser el camino más corto y efectivo, para socavar nuestro riquísimo patrimonio musical.
Pienso que lo dicho, es una muestra suficientemente válida, como para justificar y potenciar la consolidación del Consejo Federal del Folklore de Argentina.-
OSCAR AUGUSTO BERENGAN
Escritor y Músico
A cargo de Patrimonio Musical de la
Universidad Nacional de Jujuy