LA EXPERIENCIA DE LA IDENTIDAD
En primer lugar es necesario decir que somos seres humanos y por lo tanto animales – racionales. "Animales" porque no nos podemos escapar de la naturaleza, de sus leyes, de los instintos como el de la supervivencia, de nuestra naturaleza mamífera y sobre todo de nuestras necesidades biológicas. Y por el otro lado “racionales” ya que podemos tomar conciencia de todo lo anterior y pensar y pensarnos más allá de todo aquello. Por esta razón los seres humanos somos capaces de realizar las acciones más bellas y sublimes como las más atroces y abyectas. Todo esto está en nosotros. Las más grandes y terribles de las contradicciones.
Por lo que como especie, somos animales bio-psico-sociales, o sea que vivimos en comunidad, en sociedad. Y esa sociedad responde a las mismas leyes que podemos encontrar en cada ser humano.
Néstor García Canclini nos dice que somos un “relato” una construcción. Que nuestra identidad se hace en base a una historia contada.
Si nos pusieran a escribir nuestra historia de vida, armar nuestra biografía, de seguro necesitaríamos mucho papel y mucho tiempo, porque esa historia está compuesta de innumerables recuerdos, de seguro muy seleccionados, los mejores, los más bellos, pero también de cosas que no son ciertas. Sabemos que son cosas que no pasaron pero las agregamos porque de alguna manera nos completan, es quizás, como habríamos querido que fueran las cosas, y luego de muchos años esas cosas que no son ciertas, de tanto repetirlas se convierten en verdades. Y este relato es como nos pensamos o mejor dicho nos identificamos. Es nuestra identidad.
En los pueblos pasa exactamente los mismo, se mezclan en la memoria colectiva los cierto y lo mítico, la historia y la leyenda, y todo ese relato se convierte en símbolo. Es la identidad presente, donde se alberga el pasado y también el futuro lleno de anhelos y esperanzas.
La identidad de un pueblo es como decir la “definición de un pueblo”, constituye “el nosotros” que nos diferencia de “el aquellos”, y en buena forma es un conjunto de valores, creencias, normas de conducta, sistema de relaciones y de representaciones, es aquello que establece un orden y confiere sentido a la vida del núcleo social.
La identidad supone en primera instancia una función de reconocimiento, el DNI de un pueblo, una identidad que se manifiesta en la distinción, en la singularidad, en las normas que rigen la constitución de la vida social, sus formas y sus esquemas fundamentales en cada momento de su historia.
En segundo lugar está la posibilidad de la “opción”, ya que cada individuo puede identificarse a un grupo social y asimilarse al mismo aunque algunos estudiosos afirman que esto no es posible.
La identidad está insertada en la estructura social y mental. Es una cultura internalizada, que históricamente implicó una serie de procesos de sincretización y estos procesos son más o menos complejos e intrincados.
Nuestra misión, como seres humanos, inspirados en nuestra cultura y su devenir, es construir una convivencia armónica y de paz que nos permita mirarnos en los ojos de los otros y reconocernos en ellos, sin convertirnos en lo mismo, pero tampoco en algo absolutamente diferente.
José de Guardia de Ponté