ENTRE LO APARENTE Y LO SUPERFLUO
En un mundo de contradicciones donde los medios de comunicación nos ven, nos dirigen, nos mantienen hiper-opificados, apropiadamente desinformados, es de suponer que hay otra realidad, la que convenientemente callan los que manejan esos medios o mejor dicho "miedos".
Pensar: "en cada contradicción hay una falsedad manifiesta y una verdad oculta".
Esta cuestión no es nueva: dominar, colonizar, esclavizar, conquistar es tan antigua como el hombre, lo que cambian son los métodos y la eficacia.
La careta de estos medios de comunicación es que son libres, que la libertad de prensa es un precepto incorruptible y que el periodismo es sagrado...
Pero... todo depende... muchos dependes.
Lo que sí es cierto es de su impresionante poder para influir sobre la voluntad de las personas. Inducen a creer y crean verdades, Imponen dogmas indiscutibles, esculpen ídolos, demuelen imágenes. Y todo, absolutamente todo... está en venta.
Algunas veces dicen la verdad para que les crean cuando mienten.
Las apariencias engañan la mayoría de las veces; no siempre hay que juzgar por lo que se ve. Según podemos observar la verdad no siempre se nos presenta de manera clara, más diría, se muestra de manera difusa y hasta engañosa.
Las verdades, cualquiera sean, se esconden entre montañas de falsedades, banalidades y míseras cuestiones sin sentido. Es menester entender que nunca nos enseñaron a distinguir la letra pequeña que se esconde entre los renglones de la vida. Las verdades están barnizadas de silencio, se retraen calladas detrás de las causas que originaron las falsedades más crueles.
Así como en las grandes cosas los hombres se muestran como les conviene mostrarse, en las pequeñas se delatan como son. La manipulación se agrieta en la realidad cotidiana que vivimos.
José de Guardia de Ponté