"15vo. Encuentro Internacional de Folklore y XI Congreso Internacional del patrimonio Cultural Folklórico "

Conferencias, paneles-debate, exposiciones y actividades artísticas

Del 22 al 26 de Agosto de 2023

Es objetivo del encuentro trabajar el concepto de Descolonización y su relación con el Patrimonio Cultural Folklórico en armonía e integración con las diversas culturas que hacen a nuestra identidad y que son parte de nuestro patrimonio cultural.

Marco Conceptual

Todo sistema imperial tiene un centro neurálgico (el centro del poder) y una periferia que alimenta al centro con recursos de diversos tipos. Todo sistema unitario ejerce su fuerza para lograr el desequilibrio adecuado y para establecer el enriquecimiento del centro por sobre la miseria y explotación de su periferia. Toda periferia es colonia.
Pero para solidificar la colonización se necesitan, además de la fuerza, otras herramientas y ésta razón, la aculturización en todas sus facetas se ponen en marcha. Además del control de la economía y la autoridad, es necesario el control del “ser” y eso se logra destituyendo la cultura del dominado e imponiendo la cultura del dominador.
Es necesario entender que toda dominación y conquista debe justificar su vil accionar con falsos principios éticos y morales. Se debe convencer al colonizado que es muy bueno que sea dominado, avasallado y expoliado y fundamentalmente toda esta cuestión está debidamente justificada. Desde el hecho de que Dios lo permite hasta la necesidad que el bárbaro sea civilizado. La cultura del dominador es superior desde arriba y desde abajo y por lo tanto tiene el derecho supremo, humando y divino de prevalecer.
En América la colonización fue mucho más allá del tiempo y el espacio. Transcendió el hecho histórico de la conquista europea, se infiltró en la constitución de las nuevas naciones creadas a imagen y semejanza de los antiguos dominadores y estableció un orden colonizador desde dentro hacia fuera de cada territorio independizado. Todos los nuevos países, digan y/o hagan lo que no digan, son cruelmente unitarios, sus centros de poder funcionan con la misma lógica, prevalecen desde el poder explotando y dominando sus periferias con mano férrea y siempre justificada. Porque en el centro está la civilización y en la periferia la barbarie.
Las terribles desigualdades de nuestra américa siguen el patrón establecido, coloniaje interno y externo. Moralmente justificado por la divina religión que justifica la riqueza y promete el paraíso celestial a los pobres. Desde la más cruel hipocresía de una justicia que castiga a los pobres cuando se atreven a delinquir y protege a los poderosos que todo lo tienen. Económicamente necesario porque en la capital está el saber y la riqueza. Todas las estructuras de la tiranía se repiten y se reproducen en las tres estructuras del coloniaje: el control de la economía (apropiación de tierras y recursos naturales; explotación del trabajo) el control de la autoridad (formas de gobierno, control militar) y control del conocimiento y de la subjetividad. Esto es, colonialidad del saber y del ser.
Nada se pierde y todo cambia para que nada cambie.
Por esta razón para pensar en descolonizar hay que primero romper el molde antiético del sistema colonial. Entender que la raíz misma de este sistema perverso es la explotación y la depredación de unos pocos sobre muchos.
Diría Walter Mignolo “El pensamiento decolonial es una opción (decolonial) de coexistencia (ética, política y epistémica). No de coexistencia pacífica sino de conflicto y de reclamo al derecho de re-existencia”. Porque la alternativa decolonial nace de la diversidad frente a la única manera de leer la realidad monolopolizada por el pensamiento único occidental.
La descolonización de la historia narrada y del pensamiento historiográfico imperial es parte de la tarea del pensamiento emancipador que nos merecemos.
Por esta razón la cuestión de la identidad en la política y en la epistemología tendrá que ser el debate y el trabajo obligatorio en este conversatorio que proponemos.


José de Guardia de Ponté
 

 

 
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www.coffar.org.ar

No se puede querer lo que no se conoce y no se pueede defender lo que no se quiere